En Colombia necesitamos desplegar de manera creciente nuestras fuerzas productivas y el desarrollo del enorme potencial humano que tenemos a nivel social, cultural, artístico y humano. Lamentablemente, nuestros gobiernos han postergado la transformación educativa y científica que requerimos para que esto sea posible y, al mismo tiempo, para que sea la base del progreso sostenible y democrático que le debemos dejar a las futuras generaciones.

Por ello, debemos trabajar fuertemente por mejorar el conocimiento de los niños, jóvenes y trabajadores colombianos, de tal manera que nuestro sistema educativo pueda articular la educación vocacional con espacios de aprendizaje enfocados en desarrollar el potencial humano de todos y no en adiestrar el comportamiento. Esto debe ir acompañado de un crecimiento sin precedente en la inversión en calidad para la educación pública, pues sin esto no podremos desarrollarnos socialmente. Dentro de las acciones en las que debemos trabajar encontramos las siguientes:

  • Alianzas educativas

Debemos avanzar hacia la generación de alianzas universitarias, empresariales y escolares, pues entendemos que la investigación y la innovación tienen un potencial transformador en los procesos educativos de niños y jóvenes, bastante poderoso. Por eso, hay que promover la conformación de alianzas entre universidades, empresas y colegios públicos en todo el territorio nacional, para que dentro de los proyectos de investigación que se financien mayoritariamente con recursos públicos, se deba tener en cuenta un componente de beneficio a los colegios públicos, ya sea en términos de dotación de herramientas científicas, tecnológicas o pedagógicas que beneficien a los estudiantes de los colegios “coequiperos” en estos proyectos.

  • Mejoramiento de los espacios de aprendizaje y crecimiento contínuo de la calidad docente

Nuestros niños no pueden seguir estudiando en condiciones deplorables, con mala calidad educativa, sin conectividad y sin tener los profesores suficientes y cualificados para un adecuado proceso educativo que les permita desarrollar su potencial humano. Por ello, debemos invertir fuertemente en mejorar los colegios públicos en todo el territorio nacional y garantizar a los profesores condiciones dignas para que desarrollen su valiosa labor, al mismo tiempo que tengan incentivos y mecanismos claros para mejorar sus niveles de formación académica y pedagógica, estudiando dentro y fuera del país. 

Esto es vital si queremos tener un sistema educativo que garantice el enfoque vocacional y hacia el desarrollo individual y colectivo de nuestros estudiantes. Además, esto debe ir acompañado de un proceso serio y democrático de revisión y mejoramiento curricular para que avancemos en construir procesos de enseñanza-aprendizaje que desarrollen las enormes y diferentes capacidades de nuestra sociedad.

  • Matrícula cero

Es vital construir una educación universitaria vanguardista para dotar a los estudiantes de las habilidades que requiere el sector privado en el siglo 21. Esto requerirá aumentar los recursos destinados a la universidad pública y a la educación técnica para ampliar cupos y garantizar la “matrícula cero” de todos los estudiantes en estratos 1 y 2 en los próximos años, así como descuentos para estudiantes en los estratos 3 y 4

  • Financiación de la educación superior en condiciones justas

Los mecanismos de financiación crediticia a la educación de miles de estudiantes no pueden seguir siendo fábricas de estudiantes endeudados. Por ello, es vital trabajar en mejorar el ICETEX para que su labor en el sistema educativo colombiano logre armonizar la justicia educativa y la eficiencia financiera para poder derribar las barreras que hoy tienen a miles de nuestros jóvenes sin la posibilidad de acceder a la educación superior.

  • Incrementar la calidad de la educación universitaria

Se requiere la creación de un Instituto Superior de Investigación en Educación y Alta Formación de Maestros (IESI), tal y como lo ha propuesto reiteradamente la Misión de Sabios. Eso implica mejorar la carrera profesoral pública y promover la investigación con estándares internacionales, además de un plan agresivo de becas y estímulos para el estudio de las ciencias básicas y sociales como forma de acercar la investigación y la docencia. Debemos asumir el reto de generar mayor articulación entre universidades públicas y privadas, SENA y gremios empresariales para el diseño y oferta de programas técnicos y tecnológicos que se alineen con las necesidades de las empresas, y la expansión de programas de reentrenamiento laboral para aquellos que hayan perdido sus trabajos por la pandemia del Covid19 o cambios tecnológicos permanente de la era digital.