La educación sin ciencia y tecnología es adoctrinamiento, por eso debemos articular fuertemente el sistema educativo con una política de CT+I robusta basada en incrementar de manera importante nuestras inversión en este sector, la cual hoy en día es demasiado baja y sólo llega al 0,28% del PIB mientras los países que sí desarrollan este sector llegan a inversiones cercanas al 4% del PIB. Para avanzar hacia la revolución científica y tecnológica que necesitamos en Colombia es clave trabajar, entre otras, en estrategias como las siguientes:

  • Diversificar las fuentes de financiamiento en CT+I

Para esto, estrategias como las que plantea la Misión de Sabios en cuanto a la diversidad de fuentes de financiación para la investigación y el desarrollo es fundamental. En este sentido, trabajaremos para que, además de la inversión pública, se cuente con una mucho más robusta inversión privada, tanto nacional como extranjera mediante una robusta agenda de cooperación internacional.

  • Avanzar en crear líneas de crédito blando y de riesgo compartido

Esto es fundamental para que se puedan desarrollar acciones de investigación y desarrollo por parte de las PyMes. En este componente será fundamental impulsar la investigación en cuanto a procesos y cadenas de valor de producción y comercialización sostenibles con un acompañamiento permanente del Estado a estas empresas que abarcan la mayor parte de los puestos de trabajo en nuestro país.

 

  • Estrategias para que el modelo de “obras por impuestos” alcance al Sector de Ciencia, Tecnología e Investigación

De tal manera que a partir esquemas similares se puedan conseguir recursos que fortalezcan la investigación y el desarrollo, mediante inversiones de las empresas en Universidades y Centros de Investigación sobre la base de proyectos de investigación de la más alta calidad y avalados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Claro está, sin que esto signifique que se reduzcan los recursos de regalías u otras fuentes ya establecidas para el impulso de la producción de conocimiento científico y el desarrollo de tecnologías. 

  • Fomentar la I+D en agroindustria tradicional y no tradicional y economías verdes

El potencial agropecuario del país no puede seguir desperdiciado, por eso debemos invertir para que las redes de transformación de este sector estén acompañadas de conocimiento y tecnologías de punta que aseguren altos niveles de valor agregado y generación de mayores niveles de ingreso para nuestros campesinos y sus familias. Además, debemos impulsar avances científicos que nos permitan explotar el potencial de desarrollo médico de cultivos como los de la coca y el cannabis. Estas no deben seguir siendo vistas como “matas que matan”, sino como matas que sanan.

  • Reconstruir, aumentar y diversificar el tejido empresarial en materia de innovación

Necesitamos adecuar el marco normativo a las particulares exigencias de las empresas que se mueven en este sector, mejorar la interconexión de estas con las universidades y centros de investigación, además de crear un sistema de incentivos tributarios adecuado son acciones prioritarias. Por lo que las acciones que esto requiera las vemos como una prioridad.

  • Desarrollar una Red Interinstitucional de producción de conocimiento

La transformación profunda que necesita nuestra sociedad sólo será posible si impulsamos de manera contundente el desarrollo de Universidades y centros de Investigación, tanto de orden público, mixto o privado, que acerquen el conocimiento científico y las tecnologías de punta a la sociedad y a las empresas. Por eso, debemos trabajar por contar con universidades con altos estándares de producción científica y por forjar una robusta red de centros regionales de investigación que respondan a las necesidades de conocimiento científico y tecnológico particulares de nuestros territorios, sus comunidades y sus tejidos empresariales. Sólo así podremos llevar nuestro sistema productivo desde el estancamiento extractivista en el que está hacia un modelo en el que el que produzcamos bienes, servicios y conocimientos de alto valor agregado.

Con estos 4 pilares y el trabajo mancomunado de la sociedad civil y el Estado podremos superar el doloroso pasado del narcotráfico y proyectarnos hacia una nueva Colombia libre de la destrucción de la guerra contra las drogas y del negocio del narcotráfico.